La diversidad cultural abarca numerosos factores como cultura, normas de
vida, cosmovisión, diversidad geográfica, lengua, composición demográfica,
interacción con la sociedad y ordenamiento jurídico. Perú no escapa de ello, ya
que es considerado un país pluriétnico, multicultural y plurilingüe.
La riqueza cultural de sus tres regiones (Costa, Sierra y Selva) se
manifiesta de manera independiente. Cada una de ellas presenta sus propias
características culturales, económicas y políticas. Pero, ¿por qué siendo tan
ricos en diversidad cultural, aún se margina las lenguas maternas en nuestra
sociedad? Esta es la premisa por la que parte este ensayo, para analizar qué
factores intervienen en la educación intercultural en nuestro país. En los
siguientes fragmentos, mencionaré puntualmente estos términos: identidad
cultural, educación bilingüe e interculturalidad. Asimismo, recalcar el valor
fundamental de la comunicación para la propagación y articulación de diferentes
culturas, que sin duda, es benéfica para fortalecer la equidad nacional.
IDENTIDAD
CULTURAL
Según SERVINDI (Servicios de Comunicación Intercultural), la identidad
cultural es el conjunto de rasgos que dan el tono peculiar y característico a
una cultura, constituyéndola como una unidad diferente. Esta expresa la manera
de ser o pertenecer a un pueblo y estar en el mundo; está formada por la
cultura, la tradición y la lengua.
En 1995, la mayoría de los países latinoamericanos reconoce su condición
multilingüe y pluricultural y la necesidad de establecer lineamientos de
política educativa para la interculturalidad. Lo que implica incluir en los
currículos de estudios, además del componente lengua, el componente cultura que
abarca los conocimientos, saberes, cosmovisión y otros rasgos propios a cada
pueblo.
Partiendo de lo mencionado, se puede destacar la relación de educación
bilingüe, interculturalidad e identidad cultural. Por eso es necesario mantener
la lengua materna para garantizar la transmisión de los valores sociales y
culturales de los/las niños/as, afirmando su identidad cultural y su pleno
desarrollo. Asimismo generalizar y garantizar una educación básica bilingüe
intercultural para que se incluya a los/as habitantes de lenguas ancestrales en
las ciudades.
EDUCACIÓN BILINGÜE
Perú es una nación plurilingüe. En él coexisten 44 lenguas, siendo el
castellano la lengua de comunicación nacional; 40 lenguas amazónicas (aguaruna,
ashaninka, shipibo, cashivo, nomatsiguenga, yanesha, etc); tres lenguas
andinas, el quechua, aimara y el jacaru, todas
ellas agrupadas en 17 familias lingüísticas, de acuerdo SERVINDI. A pesar de
ello, esta característica no cumple su rol principal que es la
revaloración y la perennidad en el tiempo, ya que en la mayoría de las escuelas
no existen currículas que permitan una educación con la lengua
originaria.
Ante la ausencia del
Estado, los/as niños/as que cursan los colegios manejan códigos muy distintos a
los de su contexto sociocultural. Los materiales, como los libros, de los/as
niños/as de provincia presentan imágenes y gráficos que escapan de su realidad.
Incluso, no existe un reforzamiento de su lengua madre. Hay una supremacía en
el manejo del castellano, dejando a segundo plano sus lenguas originarias.
Por esta razón, es muy importante que los/as niños/as aprendan a leer y
escribir en la lengua que saben hablar, de lo contrario solo aprenderá a
dibujar y representar las letras de manera mecánica. También es necesario que
los materiales que se empleen para el aprendizaje de los/as niños/as registren
características y bondades que presenten su entorno social. Para ello, se
propone una educación intercultural con la finalidad de incluir todas las
riquezas culturales en nuestro país y fomentar una mejor preparación en las
aulas.
INTERCULTURALIDAD
La exclusión y discriminación no solo se viven en las escuelas, sino
también en otros ambientes como las calles, lugares públicos, y familia. El
solo hecho de cuestionar y juzgar las capacidades y costumbres de otra persona
por no compartir características semejantes a la nuestra, ya se está fomentando
este tipo de desigualdad.
Ante este tipo de exclusión se suma las deficiencias políticas sociales. Un
ejemplo clave de ello es el bajo porcentaje de las mujeres indígenas al acceso
de educación superior. La información deficiente y malas estrategias provocan
el aislamiento de la población.
Para combatir esto se plantea el empleo de la interculturalidad. Este
término determina cuán relacionadas e interactuadas están los diferentes
componentes de nuestra cultura. Su objetivo central es la inclusión y
prevalecimiento conjunto, para vivir en forma armoniosa en su solo espacio,
pero respetando la cultura y la cosmovisión de los/as demás. Con el fin de
construir una sociedad plural basada en los principios de democracia, equidad y
ciudadanía, respeto a los derechos humanos y a los derechos de los pueblos
indígenas.
Para el desarrollo de la interculturalidad, intervienen las
instituciones académicas que se ocupan de la formación de recursos humanos para
la educación intercultural bilingüe, entre estas instituciones están las
universidades, las organizaciones indígenas, los ministerios de educación y la
cooperación técnica internacional. Constituye un punto de correlación, de
articulación social entre personas y grupo sociocultural y económicamente
diferentes. No trata de desaparecer las diferencias culturales o de formar
identidades mezcladas. Pretende una interacción entre la pertenencia y la
diferencia, una interacción entre el pasado y el presente.
COMUNICACIÓN
En el aspecto comunicativo, quiero mencionar mi apreciación sobre algunos
capítulos del libro Otro territorio, ensayos sobre el mundo contemporáneo
(1996) del sociólogo brasileño Renato Ortiz. En los fragmentos de este texto,
el autor cuestiona y hace un paralelo en cuanto a la acepción que se le da a
las terminologías de masa y multitud. Se entiende como multitud a un grupo de
personas de clase emergente con exigencias de participación política y
ciudadana, considerado como un agrupamiento irracional. Por tal, se desprende
sus siguientes características: heterogeneidad e individualidad. Lo contrario pasa con la “cultura de masa”, ya que lo que prima es su
homogeneidad y nacionalismo. Por esta razón sostiene que su base primordial es
el consumismo. De esta manera se puede lograr la estandarización y homogeneidad
de las personas, dejando de lado una de las finalidades del mercado-la de
socialización-convirtiendo a los usuarios en máquinas imitadoras. Esto no es
ajeno a nuestra realidad, de por sí, los efectos de la globalización han
profundizado la brecha de la interculturalidad, conllevando al apego y
supremacía de una sola cultura, la occidental.
Finalmente, Ortiz hace referencia sobre la globalización, haciendo una
crítica en cómo el modernismo y su accionar debilitaron las actividades
tradicionales. Es decir, se tiene la percepción de que lo moderno y globalizado
es superior a cualquier acto tradicional. Cuando su finalidad debería ser la de
reforzar y complementar, sin necesidad de jerarquizar o priorizar otras
culturas. Un claro ejemplo se vive en el consumismo. Las prendas de vestir, los
alimentos, la música, entre otros objetos o actividades se rigen solo en una
sola cultura, provocando que las demás solo estén de exhibición u
ornamentación. De esta manera se impone una cultura sobre la otra. Sin
mencionar otros supuestos beneficios que traería consigo esta globalización,
como las tecnologías y medios de comunicación. Esto debido a que todas las
comunidades no la pueden acceder. Al fin y al cabo, es evidente que la esperada
globalización ha dado pie a que la brecha aún siga profundizándose.
Es evidente que el lenguaje, la educación y la comunicación son bases
fundamentales para lograr la interculturalidad. Por esta razón, se debe
profundizar en ellas. No solo pidiendo políticas en el Estado, sino que desde
las mínimas acciones que podamos realizar, se puede obtener un cambio de vida
para nuestros semejantes, lograr la armonía y estabilidad deseada.
En la medida que seamos conscientes de esta situación podremos avanzar en
su práctica de la interculturalidad como un desafío y un proceso en
construcción de una sociedad equilibrada, democrática y armoniosa. Está en
nuestras manos contribuir al reconocimiento y revaloración de cada cultura de
nuestro país, no es necesario ser educadores para fomentar el aprendizaje. Con
solo un acto desde nuestros espacios, podremos lograr un cambio significativo
que será beneficioso para el Perú.