jueves, 20 de octubre de 2016

La unión intercultural entre China y Perú

Es domingo. El reloj marca las 10 de la mañana y el sol comparte su calor. Es un buen día para poder disfrutar en familia o dar un paseo por los lugares aledaños de nuestra ciudad. O mejor aún, poder disfrutar de las exposiciones culturales que nos ofrecen los museos.

Soldados de Terracota, China
El espacio es muy amplio pero está casi vacío. Solo se observa a un grupo reducido de 5 turistas, liderado por una de las guías del Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú. Quizás la poca afluencia sea por la hora. Pero esto pasa a un segundo plano cuando empiezas a recorrer todo el lugar. El recinto está lleno de misticismo. Tiene la capacidad de retroceder décadas y trasladar a las personas a un lugar distinto al actual.

Cada pasaje está ambientado de acuerdo a las culturas que precedieron a la República del Perú. Desde la cultura Paracas hasta llegar al imperio incaico. Todo el bagaje cultural expuesto en los interiores de un solo museo. Cuando se cree haber terminado el recorrido, te percatas que el trayecto sigue. Pero esta vez con un toque oriental.

En el pasadizo trasero de la sala de la exposición del Tahuantinsuyo se observa algunos adornos tradicionales chinos. Los farolitos de color rojo con amarillo cubren la parte superior del tramo. Son como una especie de nuevos guías. Sigues su orden y te trasladas a otro espacio. Sin  duda, te encuentras en la unión de dos culturas. Tal y como lo indica el nombre de esta exposición.

La muestra se denomina Dos Culturas Unidas por el mismo Océano: Exposición de Reliquias Culturales Chinas en el Perú. En ella se contempla un sinnúmero de los fascinantes trabajos de arte, principalmente, hechos en jade.


Porcelanas de decoración, pertenecientes a la Dinastía Qing 

Dragón hecho en bronce de oro. Arte realizado por la Dinastía Tang
Esta exposición ofrece, alrededor, de 120 reliquias de la cultura China. Una población que alcanzó su mayor esplendor cultural mientras que en Perú se iniciaba la primera civilización en América, la ciudadela de Caral.

El misticismo inicial cobró mayor intensidad al observar la sala llena de personas. Todas mirando a una sola dirección. Muchas de ellas lucen asombradas. ¿La razón? Tres piezas de los soldados de Terracota, que fueron encontradas en la tumba de Qin Shi Huang, primer emperador de China. Un hecho similar que ocurría con el señor de Sipán. Ambos enterrados con sus pertenencias y miembros militares, para seguir prevaleciendo y defendiendo lo suyo hasta el “más allá”.


Sin duda, el mensaje que nos deja esta exposición es la gran similitud que tuvieron China y Perú. No solo en el arte, sino en las costumbres de sus pobladores. Queda claro que no solo están unidos por el mismo océano, sino también por una ferviente creencia e interculturalidad. 

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