jueves, 27 de octubre de 2016

El hombre detrás de las lomas de Lúcumo

El color gris de Lima se va transformando conforme se acerca la temporada de invierno. Entre junio y octubre, las laderas de los cerros se cubren de un manto verdoso, gracias a la humedad de la neblina y a las garúas de la estación. Un espacio perfecto para el crecimiento de vegetación y el descubrimiento  de nuevos seres vivos. Este fenómeno se denomina loma costera. Un atractivo natural que deja maravillado a cualquiera que lo contempla.

Las lomas de Lúcumo
El color opaco de los cerros se transforma a un verde esperanza durante este periodo, formando 70 mil hectáreas de biodiversidad. Unas 150 hectáreas de ellas lo conforman las lomas de Lúcumo, considerada el primer ecosistema frágil del Perú. Este lugar se ubica en el distrito de Pachacamac.

Además de contemplar el verdor de su naturaleza, se puede apreciar varias morfologías en sus rocas. Tal es el caso del "Cuy"
Las lomas de Lúcumo están bajo la administración y el mantenimiento de los pobladores de la comunidad de Quebrada Verde, lugar que tiene más de 3 mil habitantes. En la actualidad, cerca de 350 personas están involucradas de manera directa con la conservación y la revalorización de este ecosistema. Sin embargo, hace más de 15 años, sus residentes no apostaban por su preservación.

“Es un cerro más…”, “Qué beneficios traerá al pueblo de Quebrada Verde…”, “Es una pérdida de tiempo…”, aseguraban años atrás algunos vecinos de la comunidad. Pero había una persona que tenía otro pensamiento. Jacinto Mendoza miraba con otros ojos aquel “cerro”.

En ese entonces, la comunidad de Quebrada Verde atravesaba un déficit económico. Los trabajos que ejercía la población, como la ganadería y el pastoreo, ya no rendían como antes. Por eso se debatió sobre cómo sacar adelante a la comunidad. Jacinto consideró que la preservación y promoción de las lomas de Lúcumo era la única solución.

Y así fue. Jacinto inició su sueño. A pesar de no tener el apoyo total de su comunidad, apostó por la conservación de las lomas. Esta decisión le generó varios conflictos, incluso en su hogar. Recuerda que estuvo a punto de separarse de su esposa. Pero, inmediatamente desborda una sonrisa al decir que ahora, ella está más involucrada que él.

Estaba a punto de separarme de mi esposa por formar parte de las lomas. Incluso no le dedicaba mucho tiempo a mis hijos. Esto llegó a involucrar a toda mi familia (…) Pero ahora, mi esposa está más dedicada en las lomas que yo”, expresa alegremente Jacinto.

El hombre de, aproximadamente, 45 años asegura que el principal motor que tiene para la conservación de las lomas es su deseo de mantener este espacio natural en el futuro. Cuenta que desde muy pequeño iba a las chacras con su padre, para obtener alimentos. “En ese entonces, todo era verde. Ahora es distinto. Tengo miedo de que todo se pierda”, expresa con voz pausada.

Jacinto Mendoza. Fuente: Rumbos
El sendero de Lúcumo

En 1996, la conservación de este ecosistema se empieza a trabajar a través de un plan de desarrollo y ordenamiento territorial. Jacinto y sus demás compañeros trabajaron de manera ardua para poder diseñar el proyecto que pondría en marcha la preservación y promoción de las lomas. Fue una tarea compleja pero lograron hacerlo, gracias al grupo GEA y la ONG Manuela Ramos, que ayudaron a la elaboración del proyecto.

Al inicio no contaban con dinero suficiente para el desarrollo de su proyecto. La municipalidad tampoco los apoyó. Por esta razón se empezó a manejar contactos externos, logrando la inauguración del circuito de las lomas en agosto del 2003. Y es así que después de varios años, Jacinto pudo ver el primer fruto de su perseverancia y esfuerzo.  

A pesar de las dificultades, Jacinto logró su cometido. Siente que dio todo de él para que esto funcione. Y tiene mucha razón. Fue una de las pocas personas que apostó por la preservación de las lomas.

“Las lomas son mi vida. Si las lomas desaparecieran, yo debería morir. He dado mi vida para que esto pueda funcionar. Más adelante, mis hijos podrán decir que esto es legado de su padre. Una persona que persistió”, finaliza Jacinto con un brillo en los ojos.


Actualmente, cada inicio de la temporada del invierno se celebra. Varios integrantes de Quebrada Verde y el público en general se reúnen para realizar un tributo a la tierra, con la finalidad de agradecer a la pachamama y pedir un buen comienzo en el periodo de lomas.

La apacheta. Cada visitante deja una piedra como agradecimiento a la tierra.

jueves, 20 de octubre de 2016

La unión intercultural entre China y Perú

Es domingo. El reloj marca las 10 de la mañana y el sol comparte su calor. Es un buen día para poder disfrutar en familia o dar un paseo por los lugares aledaños de nuestra ciudad. O mejor aún, poder disfrutar de las exposiciones culturales que nos ofrecen los museos.

Soldados de Terracota, China
El espacio es muy amplio pero está casi vacío. Solo se observa a un grupo reducido de 5 turistas, liderado por una de las guías del Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú. Quizás la poca afluencia sea por la hora. Pero esto pasa a un segundo plano cuando empiezas a recorrer todo el lugar. El recinto está lleno de misticismo. Tiene la capacidad de retroceder décadas y trasladar a las personas a un lugar distinto al actual.

Cada pasaje está ambientado de acuerdo a las culturas que precedieron a la República del Perú. Desde la cultura Paracas hasta llegar al imperio incaico. Todo el bagaje cultural expuesto en los interiores de un solo museo. Cuando se cree haber terminado el recorrido, te percatas que el trayecto sigue. Pero esta vez con un toque oriental.

En el pasadizo trasero de la sala de la exposición del Tahuantinsuyo se observa algunos adornos tradicionales chinos. Los farolitos de color rojo con amarillo cubren la parte superior del tramo. Son como una especie de nuevos guías. Sigues su orden y te trasladas a otro espacio. Sin  duda, te encuentras en la unión de dos culturas. Tal y como lo indica el nombre de esta exposición.

La muestra se denomina Dos Culturas Unidas por el mismo Océano: Exposición de Reliquias Culturales Chinas en el Perú. En ella se contempla un sinnúmero de los fascinantes trabajos de arte, principalmente, hechos en jade.


Porcelanas de decoración, pertenecientes a la Dinastía Qing 

Dragón hecho en bronce de oro. Arte realizado por la Dinastía Tang
Esta exposición ofrece, alrededor, de 120 reliquias de la cultura China. Una población que alcanzó su mayor esplendor cultural mientras que en Perú se iniciaba la primera civilización en América, la ciudadela de Caral.

El misticismo inicial cobró mayor intensidad al observar la sala llena de personas. Todas mirando a una sola dirección. Muchas de ellas lucen asombradas. ¿La razón? Tres piezas de los soldados de Terracota, que fueron encontradas en la tumba de Qin Shi Huang, primer emperador de China. Un hecho similar que ocurría con el señor de Sipán. Ambos enterrados con sus pertenencias y miembros militares, para seguir prevaleciendo y defendiendo lo suyo hasta el “más allá”.


Sin duda, el mensaje que nos deja esta exposición es la gran similitud que tuvieron China y Perú. No solo en el arte, sino en las costumbres de sus pobladores. Queda claro que no solo están unidos por el mismo océano, sino también por una ferviente creencia e interculturalidad. 

jueves, 6 de octubre de 2016

“¿Una sociedad sin recuerdos?”

Bajo esta premisa se desarrolla “Pasaporte para un artista 2016”, el XIX concurso nacional de artes visuales
Maquinaria para el olvido de Carlos Risco
La fusión de la memoria y el arte. El concurso nacional de artes visuales “Pasaporte para un artista 2016” reúne los trabajos de once artistas. Por segunda vez consecutiva, las obras están basadas en la importancia de la memoria ante el conflicto armado interno.

Este certamen fue creado en 1998 por la Embajada de Francia en Perú. Este año llegó a su decimonovena edición, dando oportunidad a artistas peruanos emergentes en el rubro de las artes visuales.

“La construcción de la memoria, las gramáticas del recuerdo, y sus implicaciones en contextos sociales marcados por violencias, formas de opresión y confrontación política, étnica, entre otras, vienen consolidándose hace ya algún tiempo como interés académico, social, cultural y artístico…”, señala el curador Nicolás Tarnawiecki al inicio de la exposición.

Los pasajes de la muestra presentan obras de diferentes categorías. Desde proyecciones audiovisuales hasta esculturas. Cada una de ellas con el sello de la concientización y recuerdo de las consecuencias que trajo consigo el terrorismo.

Paisaje reservado de Lesly Egusquiza

Lecturas del monumento caído de Jorge Maita

Entre las obras más visitadas se encuentra el espacio del videoinstalación de Uku Mayu/ Ríos Profundos. En ella se escucha el cantar de dos mujeres, pertenecientes a la comunidad campesina e indígena. Y la obra “Los varios Perú”. En ella se plasma las diferentes opiniones sobre el origen de los grupos subversivos en nuestro país.