domingo, 19 de junio de 2016

La informalidad latente de Perú

Tres de cada cuatro empleados en el Perú labora en situación de informalidad. Según los últimos datos publicados por el INEI (Instituto Nacional de Estadísticas e Informática)


Un silbido al unísono genera la angustia de los ambulantes informales del emporio comercial Gamarra. Esta inquietud despierta la atención de cualquier persona cuando se dirige a los alrededores de este centro comercial.

El ambiente se torna denso y preocupante al ver que cada uno de ellos toma consigo su mercadería y lo esconde de un tenebroso y ruidoso monstruo de cuatro llantas.  A cada paso que da este personaje, los ambulantes pretenden refugiarse en la galería más próxima para ellos. Cargando su mercadería, ellos corren sin cesar hacia sus guaridas para desviar la mirada y el decomiso de sus productos.

Para los ambulantes, este monstruo es el camión de la Municipalidad de La Victoria que con la ayuda de la Policía del mismo municipio intentan erradicar el comercio informal en los alrededores del emporio comercial Gamarra.

Decenas de los ambulantes logran camuflarse y proteger sus pertenencias. Pero otros, no corren con la misma suerte. Los que no logran escapar de las redes de este monstruo, son llevados al Área de Fiscalización y Control de la Municipalidad de La Victoria, donde su mercadería queda almacenada y decomisada. Para que un ambulante pueda recuperar sus pertenecías, debe pagar una multa que oscila entre 120 a 180 nuevos soles.

En un rango de aproximadamente de 3 horas, el camión retorna a su función. El silbido vuelve a ambientalizar las calles del emporio comercial, alertando a cada uno de los ambulantes. Con el pasar de las horas, el éxodo de los informales se repite una y otra vez. Pero, cuando el transporte municipal  no está a la vista, los comerciantes retornan a sus puestos e inician con la exhibición de su mercadería mediante bolsas de plástico de color azul, parantes de fierro o maniquíes para lucir sus productos.

LA RAZÓN DE SER AMBULANTE
A un extremo de los exteriores de la galería Centro de Gamarra, trabaja una mujer vestida con una chompa de lana de color plomo y un buzo azul marino, quien lleva consigo diferentes bolsas de diversos tamaños y colores. Esta mujer grita con voz enérgica al unísono: “Lleve, casera, lleve bolsas.”

Por el otro lado está una de sus compañeras. Esta joven de aproximadamente 30 años de edad no vende bolsas. Ella se encarga de endulzar la vida de las personas que van de compras a Gamarra, vendiendo galletas dulces, gomas de colores y chocolates. Sus productos son expuestos entre cajas de cartón.

A pesar que ambas se dedican a la venta de diferentes productos, ellas comparten una misma razón de ser: ambulantes. Ambas mujeres son unas de las centenas de ambulantes que trabajan en las zonas aledañas del emporio comercial Gamarra, quienes desde muy temprano salen de sus casas para vender su mercadería. Ellas están llenas de vida y de sueños para poder sacar adelante a sus familiares.
Ellas aseguran que el desalojo les traerá graves consecuencias y piden a las autoridades que les apoyen ya que no están robando, solo trabajan para sus familiares.

ÁMBITO SOCIOLÓGICO
Para el sociólogo Manuel Negreiros Criado, el comercio ambulatorio es la expresión de un país pobre, el cual está relacionado a la incapacidad de un Estado para crear recursos que el ciudadano/a necesita.
Según este especialista, los ambulantes son la mano de obra no calificada y representan un drama nacional porque ellos forman el comercio informal en respuesta de una necesidad.

“Los ambulantes ya no salen a buscar un empleo porque saben que no lo van a conseguir. Ellos no esperan nada del Estado. Ellos buscan de mil maneras un ingreso para salir adelante.”, aseveró Negreiros Criado.

Asimismo señaló que este fenómeno social se debe trabajar con pinzas. Aseguró que el Municipio Local y el Ministerio del Interior no realizaron un estudio de impacto social sobre este tema, asegurando que solo se preocupan en el ornato más no en la seguridad ciudadana.

“Se debe elaborar un estudio de impacto ambiental para que de acuerdo a ello, se ejecuten estrategias. El Municipio Local y el Ministerio del Interior no analizaron el lugar en dónde se les puede reubicar y no perjudicar a los ambulantes ni a las zonas que irán.”, sentenció este sociólogo.

Por otro lado, resaltó que para que haya mejores ciudadanos, el Estado debe mejorar la calidad educativa para que estos tengan una buena capacidad adquisitiva y mejores fuentes de trabajo para  ingresar al PBI.
"El Perú avanza pero solo para unos sectores. El Estado debe usar una estrategia para orientar a los comerciantes informales, para que los guie y no cometan atropellos. Mientras no hay empleo, mientras que el Estado no genere empleo, no se erradicará el comercio informal.”, finalizó el especialista.

LA INFORMALIDAD EN AUMENTO
Según los reportes del economista Jaime Saavedra, en 1990 un 48% de la fuerza laboral de Lima trabajaba en la informalidad. Para 1996 había subido a 52%; con un crecimiento promedio anual de 4.8%. En el mismo período, en el Perú urbano, la informalidad pasó de 49% a 55.4%; creciendo a un ritmo de 5.9% cada año.
¿A qué se debe el incremento de la informalidad en nuestro país? El problema radica desde los engorrosos trámites burocráticos hasta la idiosincrasia de los/as peruanos/as. Es increíble que para tramitar una licencia de apertura de un nuevo negocio se tiene que pasar por una serie de trabas burocráticas. Que en vez de incentivar y estimular a la ciudadanía a pertenecer al marco formal, los obliga a sumergirse a la informalidad.
“Mientras en el Perú se toman 90 días para poder construir una empresa y US$500, en Chile toma cinco días y medio y poco más de US$50, es mucha la diferencia. La mayoría de las trabas pasan por el pedido de excesivos documentos y altos costos para hacer los trámites”, mencionó Hernán Lanzara, director institucional de CCL (Cámara de Comercio de Lima) a una entrevista para el diario Gestión.
Una de las principales consecuencias de la informalidad es la evasión de impuestos y el desequilibrio de la Caja Fiscal. Asimismo los/as informales no pueden gozar de los mismos derechos que ofrece el Estado al sector formal.

Queda claro que para fomentar la formalidad en nuestro país es necesario reducir las trabas estatales y educar bien a los/as peruanos/as. Las estrategias que se deben emplear tendrían que basarse de acuerdo al nivel sociocultural de cada persona. La negociación es elemento clave para lograr un mejor porvenir en nuestro país.

El último eslabón de la cadena de la violencia contra las mujeres

Desde el 2015 hasta abril de este año se registró 408 casos de feminicidios y tentativas en el Perú. Lima es el departamento con mayor índice de estos asesinatos.


La misma boca que juró “amarla por siempre” se transformó en la herramienta para comenzar su violencia. Las mismas manos que alguna vez la acariciaron fueron el arma principal para terminar con su vida. Desde los insultos hasta los golpes. Así se da el inicio a la escala de violencia contra la mujer, terminando en el feminicidio.

De acuerdo al Plan Nacional contra la violencia hacia la mujer, el feminicidio es el asesinato de mujeres en condiciones de discriminación y violencia basada en género. Es importante esclarecer que el feminicidio no debe ser considerado como un “crimen pasional”. Este acto de violencia pretende incidir en lo político para hacer conciencia en la sociedad e influir en las autoridades para su reconocimiento, incluyendo la responsabilidad del Estado.

Se debe tener muy en claro de que los celos, el control, las patologías y el acoso no son las razones por las que se comete este tipo de asesinatos. Ni mucho menos deben servir como justificaciones para explicar cualquier tipo de violencia.

CIFRAS ESCALOFRIANTES
Según el informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), publicado en el 2014, el Perú ocupa el segundo lugar por feminicidios en Latinoamérica.
Durante el 2015 se denunciaron 293 casos de feminicidios y tentativas, según los registros del MIMP (Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables). En lo que va del año –abril- se visibilizaron 115 denuncias. De los 115 casos registrados en este año, el 71% de feminicidios y tentativas se produjo en la zona urbana del país. Las regiones con mayor índice son Arequipa, Cusco, Huánuco, La Libertad y Lima.

¿POR QUÉ EL FEMINICIDIO DEBE INCIDIR EN EL MARCO POLÍTICO?
Muchas personas creen que la política y la democracia se ejerce cada 5 años, cuando se elige al nuevo/a mandatario/a. Esta concepción está errada. Debido a que la política se practica desde el diseño de las normas de convivencia en un lugar determinado, como en una casa, hasta la promulgación de una nueva ley.

Lo personal es político. Cualquier tipo de injusticia y violencia debe ser sancionada. En este caso, cada asesinato debe visibilizarse y ser llevado a la agenda pública para que el gobierno tome cartas en el asunto para erradicar o menguar esta problemática.

De acuerdo al Código Penal, el asesino que haya tenido un lazo de parentesco o sentimental, puede tener una pena privativa de libertad no menor de 15 años. Y si es la pareja de la víctima, la prisión será no menor de los 25 años. ¿Acaso la vida de estas mujeres se recuperará en este lapso de tiempo? ¿La prisión dictaminada podrá menguar el sufrimiento de la familia de la víctima? En nuestro país, el acusado solo puede ser condenado a cadena perpetua, siempre y cuando se corrobore que la víctima fue violentada sistemáticamente hasta llegar al feminicidio.

Las cifras y el marco legal presentados son alarmantes. Hace mucha falta de iniciativa política para que el Estado respalde a la ciudadanía. Es inverosímil que los candidatos que pasaron a la segunda vuelta no hayan enfatizado en temáticas políticas de género, como es el feminicidio y la erradicación de violencia hacia la mujer. Tal parece que solo lo manifiestan cuando se visibiliza una muerte más. Una muerte que se va acumulando e ignorando con el pasar de los años.

Debemos tener en cuenta que la economía no es el único tema para la agenda política. Es nuestra obligación proponer e inculcar una educación libre de violencias. ¿Cuándo entenderemos que todo ser humano vale por la calidad de persona y no por el género? Esperemos que pronto.

Diversidad cultural y comunicación para una educación intercultural

La diversidad cultural abarca numerosos factores como cultura, normas de vida, cosmovisión, diversidad geográfica, lengua, composición demográfica, interacción con la sociedad y ordenamiento jurídico. Perú no escapa de ello, ya que es considerado un país pluriétnico, multicultural y plurilingüe.


La riqueza cultural de sus tres regiones (Costa, Sierra y Selva) se manifiesta de manera independiente. Cada una de ellas presenta sus propias características culturales, económicas y políticas. Pero, ¿por qué siendo tan ricos en diversidad cultural, aún se margina las lenguas maternas en nuestra sociedad? Esta es la premisa por la que parte este ensayo, para analizar qué factores intervienen en la educación intercultural en nuestro país. En los siguientes fragmentos, mencionaré puntualmente estos términos: identidad cultural, educación bilingüe e interculturalidad. Asimismo, recalcar el valor fundamental de la comunicación para la propagación y articulación de diferentes culturas, que sin duda, es benéfica para fortalecer  la equidad nacional.

IDENTIDAD CULTURAL
Según SERVINDI (Servicios de Comunicación Intercultural), la identidad cultural es el conjunto de rasgos que dan el tono peculiar y característico a una cultura, constituyéndola como una unidad diferente. Esta expresa la manera de ser o pertenecer a un pueblo y estar en el mundo; está formada por la cultura, la tradición y la lengua.

En 1995, la mayoría de los países latinoamericanos reconoce su condición multilingüe y pluricultural y la necesidad de establecer lineamientos de política educativa para la interculturalidad. Lo que implica incluir en los currículos de estudios, además del componente lengua, el componente cultura que abarca los conocimientos, saberes, cosmovisión y otros rasgos propios a cada pueblo.

Partiendo de lo mencionado, se puede destacar la relación de educación bilingüe, interculturalidad e identidad cultural. Por eso es necesario mantener la lengua materna para garantizar la transmisión de los valores sociales y culturales de los/las niños/as, afirmando su identidad cultural y su pleno desarrollo. Asimismo generalizar y garantizar una educación básica bilingüe intercultural para que se incluya a los/as habitantes de lenguas ancestrales en las ciudades.

EDUCACIÓN BILINGÜE
Perú es una nación plurilingüe. En él coexisten 44 lenguas, siendo el castellano la lengua de comunicación nacional; 40 lenguas amazónicas (aguaruna, ashaninka, shipibo, cashivo, nomatsiguenga, yanesha, etc); tres lenguas andinas, el quechua, aimara y el jacaru, todas ellas agrupadas en 17 familias lingüísticas, de acuerdo SERVINDI. A pesar de ello, esta característica no cumple  su rol principal que es la revaloración y la perennidad en el tiempo, ya que en la mayoría de las escuelas no existen currículas  que permitan una educación con la lengua originaria.

Ante la ausencia del Estado, los/as niños/as que cursan los colegios manejan códigos muy distintos a los de su contexto sociocultural. Los materiales, como los libros, de los/as niños/as de provincia presentan imágenes y gráficos que escapan de su realidad. Incluso, no existe un reforzamiento de su lengua madre. Hay una supremacía en el manejo del castellano, dejando a segundo plano sus lenguas originarias.

Por esta razón, es muy importante que los/as niños/as aprendan a leer y escribir en la lengua que saben hablar, de lo contrario solo aprenderá a dibujar y representar las letras de manera mecánica. También es necesario que los materiales que se empleen para el aprendizaje de los/as niños/as registren características y bondades que presenten su entorno social. Para ello, se propone una educación intercultural con la finalidad de incluir todas las riquezas culturales en nuestro país y fomentar una mejor preparación en las aulas.

INTERCULTURALIDAD
La exclusión y discriminación no solo se viven en las escuelas, sino también en otros ambientes como las calles, lugares públicos, y familia. El solo hecho de cuestionar y juzgar las capacidades y costumbres de otra persona por no compartir características semejantes a la nuestra, ya se está fomentando este tipo de desigualdad.

Ante este tipo de exclusión se suma las deficiencias políticas sociales. Un ejemplo clave de ello es el bajo porcentaje de las mujeres indígenas al acceso de educación superior. La información deficiente y malas estrategias provocan el aislamiento de la población.

Para combatir esto se plantea el empleo de la interculturalidad. Este término determina cuán relacionadas e interactuadas están los diferentes componentes de nuestra cultura. Su objetivo central es la inclusión y prevalecimiento conjunto, para vivir en forma armoniosa en su solo espacio, pero respetando la cultura y la cosmovisión de los/as demás. Con el fin de construir una sociedad plural basada en los principios de democracia, equidad y ciudadanía, respeto a los derechos humanos y a los derechos de los pueblos indígenas.

Para  el desarrollo de la interculturalidad, intervienen las instituciones académicas que se ocupan de la formación de recursos humanos para la educación intercultural bilingüe, entre estas instituciones están las universidades, las organizaciones indígenas, los ministerios de educación y la cooperación técnica internacional. Constituye un punto de correlación, de articulación social entre personas y grupo sociocultural y económicamente diferentes. No trata de desaparecer las diferencias culturales o de formar identidades mezcladas. Pretende una interacción entre la pertenencia y la diferencia, una interacción entre el pasado y el presente.

COMUNICACIÓN
En el aspecto comunicativo, quiero mencionar mi apreciación sobre algunos capítulos del libro  Otro territorio, ensayos sobre el mundo contemporáneo (1996) del sociólogo brasileño Renato Ortiz. En los fragmentos de este texto, el autor cuestiona y hace un paralelo en cuanto a la acepción que se le da a las terminologías de masa y multitud. Se entiende como multitud a un grupo de personas de clase emergente con exigencias de participación política y ciudadana, considerado como un agrupamiento irracional. Por tal, se desprende sus siguientes características: heterogeneidad e individualidad. Lo contrario pasa con la “cultura de masa”, ya que lo que prima es su homogeneidad y nacionalismo. Por esta razón sostiene que su base primordial es el consumismo. De esta manera se puede lograr la estandarización y homogeneidad de las personas, dejando de lado una de las finalidades del mercado-la de socialización-convirtiendo a los usuarios en máquinas imitadoras. Esto no es ajeno a nuestra realidad, de por sí, los efectos de la globalización han profundizado la brecha de la interculturalidad, conllevando al apego y supremacía de una sola cultura, la occidental.

Finalmente, Ortiz hace referencia sobre la globalización, haciendo una crítica en cómo el modernismo y su accionar debilitaron las actividades tradicionales. Es decir, se tiene la percepción de que lo moderno y globalizado es superior a cualquier acto tradicional. Cuando su finalidad debería ser la de reforzar y complementar, sin necesidad de jerarquizar o priorizar otras culturas. Un claro ejemplo se vive en el consumismo. Las prendas de vestir, los alimentos, la música, entre otros objetos o actividades se rigen solo en una sola cultura, provocando que las demás solo estén de exhibición u ornamentación. De esta manera se impone una cultura sobre la otra. Sin mencionar otros supuestos beneficios que traería consigo esta globalización, como las tecnologías y medios de comunicación. Esto debido a que todas las comunidades no la pueden acceder. Al fin y al cabo, es evidente que la esperada globalización ha dado pie a que la brecha aún siga profundizándose.

Es evidente que el lenguaje, la educación y la comunicación son bases fundamentales para lograr la interculturalidad. Por esta razón, se debe profundizar en ellas. No solo pidiendo políticas en el Estado, sino que desde las mínimas acciones que podamos realizar, se puede obtener un cambio de vida para nuestros semejantes, lograr la armonía y estabilidad deseada.

En la medida que seamos conscientes de esta situación podremos avanzar en su práctica  de la interculturalidad como un desafío y un proceso en construcción de una sociedad equilibrada, democrática y armoniosa. Está en nuestras manos contribuir al reconocimiento y revaloración de cada cultura de nuestro país, no es necesario ser educadores para fomentar el aprendizaje. Con solo un acto desde nuestros espacios, podremos lograr un cambio significativo que será beneficioso para el Perú.


La convivencia de la desnutrición infantil y la destrucción de alimentos

Mientras que las cadenas de supermercados desperdician cifras mayores a las de 7 toneladas de alimentos, más de 400 mil niños menores de 5 años sufren de desnutrición crónica en nuestro país, según la ENDES.


En los primeros cinco años de vida, los/as niños/as tienen el mismo potencial de crecimiento. Durante este tiempo desarrollan sus habilidades cognoscitivas y emocionales. Para fortalecer estas capacidades es crucial una alimentación de muy buena calidad. De lo contrario, afectaría el crecimiento, la capacidad intelectual y física del infante. Partiendo de esta premisa, ¿cuál es la cifra de la desnutrición infantil en Perú?

Nuestro país no debería ser la excepción en la adquisición y fortalecimiento de la capacidad psicomotriz de los/las infantes. Sin embargo, la realidad es otra. Según la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES) realizada el 2014, más de 400 mil niños menores de 5 años sufren de desnutrición crónica. La región de Huancavelica registra una tasa mayor del 42%. Seguida de Cajamarca (35%), Huánuco (29%), Apurímac (29%) y Ayacucho (28%). De acuerdo a estas cifras, nuestros/as niños/as tienen menor posibilidad de desarrollarse.

Situaciones paralelas. Mientras que más de mil quinientos niños/as peruanos/as menores de 5 años pasan hambre todos los días, las empresas destruyen anualmente más de 7 toneladas de alimentos que perdieron su valor comercial. Es decir, los productos no se venden por presentar defectos de presentación en sus empaques y/o envases. Estas 7 toneladas de alimentos representan, en valor monetario, una pérdida de más de 500 millones de soles. La pregunta que, probablemente, se nos vendría a la mente sería: ¿Qué pasaría si esos alimentos fueran donados? Pues, bien. Esta interrogante no es ajena a nuestra realidad. Puesto que el pasado jueves 19 de mayo, el Congreso de la República aprobó el proyecto de ley Nº 4889 que promueve la donación de estos alimentos.

El proyecto de ley busca facilitar y fomentar la donación de los alimentos próximos a vencer o que hayan perdido su valor comercial. Los beneficiados serían las poblaciones de bajos recursos o afectadas por desastres naturales. Los alimentos serían administrados por entidades sin fines de lucro (públicas o privadas) que actuarían como bancos de alimentos.

SITUACIÓN TRIBUTARIA
¿Por qué las cadenas de supermercados prefieren destruir los alimentos en ‘mal estado’ y no donarlos? La respuesta es sencilla: pagan menos tributos. El proyecto de ley promovido por el congresista de Fuerza Popular Pedro Spadaro mantiene el límite de deducción por donación de alimentos en 10% en Impuesto a la Renta (IR). Asimismo establece que la donación será obligatoria en un plazo de tres años, cuando ya esté en vigencia. Mientras que la destrucción de los alimentos no tiene ningún límite. El precio de destrucción por tonelada es apenas de 16 soles.

CRISIS MUNDIAL
De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el 37% de la población que sufre de hambruna en todo el mundo se beneficiaría con las 348 mil toneladas de comida que son desperdiciadas en América Latina. Además indicó que anualmente, esta región pierde un total de 127 millones de toneladas de alimentos (223 kilos por habitante). Esa cantidad sería suficiente para alimentar a 300 millones de personas, lo que representa el 37% de quienes pasan hambre en todo el mundo.

AGENDA 2030 PARA EL DESARROLLO SOSTENIBLE
Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) fueron aprobados por los dirigentes mundiales en la Cumbre de las Naciones Unidas realizada en setiembre del 2015. Los ODS son un conjunto de 17 objetivos y 169 metas adoptadas por 193 países, entre ellos incluido Perú, Argentina, Chile, Colombia, Brasil, México, Uruguay y Costa Rica, que buscan resolver los problemas sociales, económicos y ambientales que aquejan al mundo.

Con estos nuevos Objetivos de aplicación universal, en los próximos 15 años los países intensificarán los esfuerzos para poner fin a la pobreza, reducir la desigualdad y luchar contra el cambio climático. Uno de los ODS es que la cifra de alimentos desperdiciados se reduzca a la mitad para el año 2030, mejorando las cadenas de producción y distribución de alimentos.


Si los alimentos que se desperdician en nuestro país fueran donados, más de cuatrocientos mil niños/as podrían comer tres veces al día, todos los días del año, según el Banco de Alimentos Perú. Esperemos que el proyecto de ley aprobado sea observado y modificado para que los/as infantes que no puedan acceder a una buena alimentación sean beneficiados/as.